Watchmen. La película. 2009-03-15

 

Por fin ya vimos la película de Zack Snyder que adapta la magna obra de Alan Moore (que ha decidido desmarcarse totalmente de esta adaptación) y Dave Gibbons. Ya hemos visto los Watchmen y ya podemos opinar de ella con conocimiento de causa. Pero sólo eso, opinaremos, en toda la subjetiva literalidad de la palabra y, lo hemos de confesar, nos ha gustado.

Podemos empezar diciendo que se digiere sin problemas pese a sus casi tres horas de metraje y que sus máximas virtudes son sus más claros defectos. Es una excelente película de acción ... pero watchmen no es sólo una historia de acción. Es rigurosamente respetuosa con los detalles del cómic, excepto en el final que yo lo veo muy apropiado y acertado. Ese cuidado en los detalles le hace ser predecible (faltaría más) y hace que los detalles que no han podido meter en la película (es imposible comprimir 12 densos alanmoorianos comic books en 3 horas de película) se echen a faltar. La película ha cometido el mismo error que los comic books de la década posterior a la aparición de Watchmen y del Dark Knight de Miller, se ha puesto el énfasis en los aspectos sórdidos y violentos de los superhéroes, en la atracción sexual de la mezcla explosiva de adrenalina, cuero y spándex, en amoralidad nietchiana u olímpica (de Olimpo) de seres que están o se consideran por encima del resto de los humanos "corrientes".

Esta diferencia de los héroes de tebeos ya está apuntada en el cómic de Watchmen y trasladada a la película con la clara diferencia entre la imagen, las formas y los fondos de los primeros Minutemen de los años cuarenta con los Watchmen de los 80s.

Muchos de los defectos antes apuntados son defectos achacables al comparar la película con una de las obras maestras del medio tebeístico que amamos, una obra que todo friki de pro tenemos idealizada en nuestra mente post-adolescente. Y esta comparación no es justa, aunque sí necesaria.

Comentario aparte tendría el hecho de que cualquier adaptación de un medio a otro corre el riesgo de tergiversarse por el mero hecho de plasmarse. A ver si me explico, tenemos tres medios separados y unidos por el hecho de que nos cuentan historias: literatura, historietas y cine. Cada uno de estos medios tiene sus "reglas" y sus "tempos", reglas y tempos que intenta manejar el autor y que tiene que ser captados y recogidos por el receptor (lector-espectador).

La literatura sería el medio más "abstracto" y en el que el lector tiene un papel más "activo" las imágenes que se plasman en nuestro baqueteado cerebro están inducidas por el texto pero son totalmente fabricadas por el lector, el ritmo de lectura puede estar marcado por el estilo de escritura pero es el lector el que decide dónde, cuándo, cómo leer y durante cuánto tiempo, así como el hecho de releer párrafos o páginas anteriores o posteriores (todos conocemos al que le gusta leer la última página antes de leer un libro).

En las historietas la cosa es más literal ya que el dibujante nos pone las imágenes y nos impone un ritmo de lectura con la forma, disposición y detalles de los dibujos además de los textos que los acompañan, aunque la sartén sigue manejada por el lector que puede releer páginas o dejar un tebeo a medias siempre que quiera y volver adelante y atrás para refrescar momentos y detalles que se ven refrescables, y eso en el Watchmen fue, y es, uno de los leif motivs de la historia, donde se disfruta por igual de la historia que cuenta como en la relectura descubriendo detalles que pasan desapercibidos en la primera, segunda y hasta tercera lectura.

La imagen en movimiento es el ritmo, el impacto y la inmediatez absolutas, y más cuando, como es este caso, es una película de acción y los momentos "reflexivos" se reducen a la nada absoluta. Tu cerebro recibe toda la información tanto de lo que se cuenta, de cómo se cuenta y del ritmo de contarlo sin poder hacer nada más que tragar con embudo toda la información y, si hay un margen para la reflexión, ésta ha de ser posterior a la visualización de la película, con los datos, imágenes y sensaciones que nuestro cerebro haya podido retener.

Además hay que tener en cuenta la barrera que supone el hecho de que los dibujos son representaciones que nos acercan a la realidad que cuentan pero nos protegen al ser una representación no literal de ésta, por ejemplo: puedes leer que alguien ha visto un perro con la cabeza partida con los sesos rebosantes y tu mente hace su imagen (y no suele ser agradable), Dave Gibbons dibuja ese perro con la cabeza partida (y no es agradable pero el dibujo de Gibbons marca la imagen que se forma en tu mente), finalmente Zack Snyder nos pone la imagen de ese perro con la cabeza partida en su película y se nos remueven las tripas. Si además, a esa imagen le ponen una banda sonora impactante la imagen te perseguirá a cualquier rincón en el que pretendas esconderte. La literalidad absoluta de algunas de las imágenes sugeridas o representadas por la literatura o la historieta suele remover las vísceras y no el cerebro, aunque en el ejemplo que he puesto no sea el "más adecuado" para esta imagen final.

Resumiendo y concretando, creemos que el Watchmen es una buena película de acción y es una de las mejores adaptaciones de la trama de Watchmen que se podrían hacer en película. Es lo que nos podríamos esperar del director de Zack Snyder y no nos ha defraudado.

Comentario especial merecen los títulos de crédito que abren la historia que en cinco minutos nos muestran la historia de la "superheroicidad" desde su aparición en 1938 hasta 1985, fecha en la que se inicia la historia de la peli. En una sucesión de imágenes se va contando la historia de los Minutemen y los Watchmen y se ve el encaje y de cómo ha afectado su presencia en la historia. Todo a ritmo del "The Times They Are A-Changin" de Bob Dylan. En unos días hago una nota con todas las referencias que he podido ver en esos fantásticos títulos de crédito.

Siguiendo con el tema "banda sonora" a mí me hizo mucha gracia el ver las imágenes de la Guerra de Vietnam con un gigantesco Dr Manhattan reventando Charlies bajo la música de Wagner y su "Cabalgata de las Valkirias" en claro homenaje al "Apocalypse Now" de Coppola.

También es destacable el 'Hallelujah' de Leonard Cohen en la tórrida escena de amor en las alturas entre Búho nocturno y Espectro de Seda. Escena que pese a la épica de la canción en el momento en el que se pone supuso una carcajada general en la sala.

Salva Espín acaba de Herculearse antes de irse al Exilio. Jaime Calderón. Les voies du seigneur.