Lo que nos enseña Frank Quitely en las páginas de Batman y Robin. 2009-09-29

 

Le costó, pero poco a poco, Frank Quitely se ha ido haciendo un nombre en el mundo del cómic americano. Pese a que su trabajo ha ido ligado desde el principio (recordar Flex Mentalo) al del guionista escocés Grant Morrison, no fue hasta que se encargó de la colección The Autorithy junto al también escocés Mark Millar que su nombre empezó a sonar a los aficionados. De aquí, saltó por obra y gracia de Joe Quesada a hacerse cargo de uno de los relanzamientos más importantes que ha sufrido la franquicia mutante en estos útlimos tiempos con New X-Men, lo que le lanzó al estrellato definitivo.

Pese a este ascenso meteórico, Quitely no tenía aún la bendición de todo el público, y se la tuvo que ir ganando a base de obras de alta calidad como We3 donde a su brillante narrativa habitual unió el juego con la viñetas, tanto en número como en disposición o funcionalidad.

Ahora, después de una obra contenida como es All Star Superman, donde se somete en parte al guión de Morrison, nos llega el primer arco argumental de la serie Batman y Robin, donde nos vuelve a sorprender con uno de los recursos que la historieta pone en sus manos: las onomatopeyas.

Si siempre ha habido autores dispuestos a sorprendernos con el uso de las onomatopeyas (Will Eisner, Alex Toth, Walter Simonson, Howard Chaykin ...), en esta ocasión Quitely juega con ellas de forma que las integra dentro de la historia y aprovecha la textura y consistencia que el medio en el que aparece le ofrece. Para que os hagáis una idea, os pongo varios ejemplos.

Fernando Fernández ve recopilada una de sus grandes obras, La Leyenda de las Cuatro Sombras, con guión de Trillo. Multiples homenajes cinéfilos en colecciones Celspiñolitas. Cels Piñol en sus Fanhunters y con us Fans Letales nos eleva el nivel friki a la máxima potencia.